Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en https://lucytcpp183688.blog5star.com/38977652/la-explicación-oficial-del-cabezazo-de-zidane